Enrique Toussaint, una arquitectura de pertenencia y contenido



El Arquitecto Enrique Toussaint es curioso, reflexivo, sensible y empático. Es una persona que goza estar en el exterior y leer sobre lo que está pasando en el mundo de la arquitectura.


No tiene miedo a dejarse influenciar por los modelos de todos los siglos, al contrario, lo busca; pues tiene interés en tomar la esencia de las cosas para traducirlas a su propio lenguaje.


Para él, la filosofía y el regionalismo crítico son bases importantes al momento de hacer arquitectura, al igual que las enseñanzas de Luis Barragán, Louis Kahn y Martin Heidegger; principalmente la fenomenología dentro de la filosofía, el regionalismo crítico como una forma particular del posmodernismo, la reinterpretación de la arquitectura de tradición de Guadalajara por Luis Barragán, el cuestionamiento de Louis Kahn acerca de lo que un ladrillo quiere ser, y el precepto que propone Martin Heidegger, ‘solamente puede construir aquel que sabe habitar’.




Es un arquitecto que se plantea nuevas formas de hacer y habitar, a quien le gusta ser crítico y romper estereotipos. Alguien que busca dejar los presupuestos a un lado y partir de cero para enfrentar cada problema como viene y como lo que es. Es una persona que disfruta sorprenderse a sí misma mientras aprende algo nuevo en cada proyecto.


Su trabajo ha sido inspirado por la arquitectura de tradición de Guadalajara, la cual tiene raíces árabes y españolas. Se distingue por los pocos recubrimientos y el uso de materiales naturales: pisos de barro, piedras, enjarres y detalles en cantera; patios que crean el sentido de contra luz característico de la arquitectura del desierto en el norte de África y la presencia de agua, fuentes y vegetación.


“Esta vida como de vivir fuera de la casa pero en la casa.”




La filosofía se vuelve parte de su mundo cuando Emilia su esposa comienza a estudiarla, y juntos identifican que hay un reflejo de ella en la arquitectura que otras personas en el mundo ya manejaban; la fenomenología. Un concepto filosófico que deja que los fenómenos hablen por sí mismos, en el cual se toma el fenómeno o el hecho como viene y se estudian sus componentes para comprender qué hace que eso sea lo que es y no otra cosa, y cómo esto se vuelve identificable para el individuo.  


¿Qué hace que un patio sea eso y no otra cosa? ¿Qué es lo que hace que el individuo lo identifique como patio? 




Por otro lado Enrique integra el regionalismo crítico a su hacer, una corriente que toma la región e invita a discernir qué de lo que hay me sigue sirviendo y qué no. Un proceso en donde el objeto de análisis se revisa, se actualiza y se vuelve a poner en funcionamiento. De esta manera, la arquitectura toma otro sentido; uno de pertenencia y contenido.






“El arte de habitar tiene que ver con la identificación, al identificarte con algo, lo puedes convertir en un buen hábitat.”








“La arquitectura es el único arte que se vive... Y habitar es lo principal.”