José Vigil, la arquitectura como parte de un sistema


José  Vigil recuerda ir a obras desde muy niño y disfrutar estar ahí, pues su papá se dedicaba a la construcción y lo llevaba con él. Sin embargo, confiesa que en el momento de decidir estudiar arquitectura en realidad no tenía idea de lo que se trataba, ya que aun siendo un mundo natural el que se le abría, lo que entendía era la construcción pero no sabía esa otra parte referente al diseño: qué, cómo o por qué se diseña. Esto fue algo que aprendió en el camino a través de profesores y compañeros que influyeron en su visión.

“Lo primero que yo había pensado es que era estar en obras, estar en construcción; pero fui cambiando, me fue gustando mucho más hacer diseño, y así empecé, trabajando en un despacho de diseño y aprendiendo diferentes puntos de vista de cómo diseñaban los arquitectos.”

Su trabajo se ha visto influenciado por la visión de Oscar Hagerman, quien sembró una semilla muy fuerte en él en cuanto a una manera distinta de entender la arquitectura, Mario Lazo, un gran amigo y mentor que impactó su vida en muchos aspectos; Pancho Serrano, Diego Villaseñor y Ricardo Legorreta, además del trabajo en conjunto que realizó durante catorce años con Armando Chávez. Y encuentra que la obra de Luis Barragán no deja de enseñarle.

Es una persona a quien su familia lo inspira y motiva profundamente en la vida diaria. Y quien desde hace diez años participa en un grupo de diseño regenerativo que le ha abierto los ojos a otro mundo.


“Descubrí otro planeta, fue algo maravilloso haber encontrado esto. El diseño regenerativo es la tesis de un grupo en Estados Unidos que se llama The Regenesis Group (https://regenesisgroup.com/) conformado por muchas personas que buscan la máxima adaptación de la arquitectura al lugar. No buscan mitigar daños, sino tener un conocimiento profundo de la ecología y aplicarla, que sea un modo de vida. Un grupo que busca luchar entre otras cosas con el cambio climático, pero sobre todo hacer una arquitectura que no se basa en un análisis del sitio, pues se vuelve una clasificación de datos que muchas veces no se usan, sino en entender la historia del lugar; remontándote a su época geológica, y a partir de ahí empezar a entender cómo se fue dando, cómo fue la cultura que se creó ahí, cómo se dieron los asentamientos humanos iniciales. Entender la biología, la hidrología, los lugares desde el punto de vista natural más que otra cosa. Si bien esto se vuelve más complejo, de inicio es esto: la historia del lugar.”







Un arquitecto convencido de que lo que hacemos en un lugar es escribir un capítulo adicional en esa historia del lugar, y que la arquitectura fallida se debe a que no se conoció esa historia.

“Escriben algo que no tiene nada que ver con el sitio… es como copiar un capítulo de un libro que se escribió en otro lugar y escribirlo en este libro que te toca seguir. Se crea un choque… ¿de qué me están hablando? ya me perdí, ya no entendí nada.”

José considera que atendiendo esto, la arquitectura se va dando de manera natural, sin tener que preocuparse por ocurrencias que pueden llegar a convertirse en una colección de objetos. Así, en el momento que se diseña la relación de la arquitectura con el lugar, con el habitante de ese sitio, con la comunidad que ya se encuentra ahí, con la naturaleza existente, y se entienden las cuencas, el flujo del agua y cómo son los recursos naturales, en ese momento la arquitectura surge.


“El diseño regenerativo no es diseñar objetos sino diseñar relaciones, el objeto es la torre que se va haciendo redonda y se pierde en el infinito… ¿pero en dónde respondiste al sitio con eso o qué pidió el lugar? Es muy importante esa pregunta: ¿qué es lo que el lugar quiere ser? Y luego, ¿tú quién tienes que ser para lograr que eso se dé? Hay que entender la vocación del lugar y tú volverte un agente de cambio.”







Entonces, primero es comprender la historia del lugar, en donde una parte es el aspecto natural; lo geológico y lo hidrológico. Otra parte es la biología, los animales y las plantas que empiezan a darse con esa agua, con esa latitud y orientación del sol, y que crean una comunidad natural. La siguiente es entender cómo se iniciaron los asentamientos humanos en ese lugar y qué fue lo primero que se empezó a trabajar. De ahí se pasa a una economía, a analizar cómo se empezó a desarrollar el intercambio, qué generó, qué cambió, qué afectó; y esto da parta a una cultura, es decir, cómo se vive el lugar. Luego viene la educación, cómo enseñar para que se comprenda ese lugar de cierta manera, ya que hoy con toda la globalización se ha perdido el conocimiento local; cómo se construye, cómo se vive, cómo se intercambia, cómo se relaciona… y todo eso se requiere traer al presente. Y después viene la psicología del lugar, cómo se está entendiendo la manera de vivir de ese lugar; terminando con una espiritualidad. Qué genera en el sentido espiritual todo esto y cómo se da una espiritualidad que va más allá; cómo te desarrolla en tu interior este contacto con todo lo que hay.

Una vez habiendo comprendido la historia del lugar, es imprescindible entender cuál es la voluntad del sitio, cuál es su vocación; entendiendo voluntad como un legado. Porque es ahí en donde se conoce cuál es el potencial del lugar y se puede desarrollar.

Ésta es otra forma de entender la arquitectura, a final de cuentas, otro principio del diseño regenerativo es un cambio de paradigma, y José lo integra en su vida invitándonos a incorporarnos en este sistema.

“Ver a la naturaleza no como un recurso sino como un sistema, un sistema en el que estamos inmersos y en el que si nosotros fallamos, falla el sistema, si falla otra parte, falla el sistema. Cuando es un recurso, lo explotas y lo explotas, que es lo que se ha hecho y ahí estamos: la erosión, los cambios en la temperatura, ciclones, incendios, sequías, hambruna… todo lo que se da tiene un origen. Y el chiste es ir haciendo consciencia en lo personal y como grupo de por qué actuamos de esta manera.”





José es un arquitecto que busca que la arquitectura pertenezca; que sea del lugar, que sea de las personas y de la comunidad.

“Se trata de evolucionar. Cuando se habla de regeneración, no se habla de volver al origen, se trata de que a partir de las bases, se generen cosas hacia el futuro. No es destruir lo que hiciste y volver a hacer algo. Si diseñas relación con el lugar, la gente lo siente. No es el objeto, todo eso se hace en función de otra cosa… el alma es lo que mueve todo.”




Una persona cuyo trabajo es integral, de relaciones coherentes, respetuosas y conscientes. Que busca trabajar sistémicamente, entendiendo que todos somos naturaleza y comprendiendo que somos parte de ese sistema, como engranes que se necesitan unos a otros. Sin que uno sea superior o busque aprovecharse de los otros, porque entonces ese sistema truena.


“Creo que se ha llenado mucho el país de arquitectura que busca potencializar la utilidad económica nada más, y eso va en contra de muchísimas otras cosas.”


Por ello nos platica que hay una manera de ver la utilidad a través de 5 capitales en este proceso, tomando en cuenta que todo capital que se invierte en cualquier proyecto o negocio requiere una utilidad.

1. El capital social tiene que ganar; qué beneficios va a tener para una comunidad tanto de los nuevos habitantes como de los que ya existen.

2. El capital natural; qué utilidad le voy a dejar al sitio. Cómo hago para mitigar ciertas cosas y otras para desarrollar lo que se está echando a perder en cuanto al lugar y sus recursos.

3. El capital construido; cómo voy a canalizar todos los desperdicios, qué haré para que se reúsen o se reciclen, para que no se pierda valor.

4. El capital humano; a diferencia del social, aquí hablamos de las personas individualmente. Cómo arquitecto qué te deja, cómo te desarrolla. Los albañiles que la ejecutan cómo ganan, qué aprenden, cómo se desarrollan. La familia que vivirá en esa casa cómo gana, o quien la va a vender, o el inversionista cómo se realizará… todos pero en lo individual.

5. El capital financiero; además de los primeros 4, cuánto se va a ganar en temas de dinero.




Para José es muy interesante co-diseñar con el cliente, ya que aunque el arquitecto lleve la batuta, es importante que la persona para quien se está diseñando sienta que también es suyo. Reconoce que la gente quiere hacer suyas las cosas y por lo tanto el arquitecto debe saber escuchar.












Es alguien que se pregunta qué va a pasar con la gente que se encuentra en ese lugar y que va a sufrir o a disfrutar de las decisiones que se tomen, pues entiende que en el momento en que parecería haberse acabado un proyecto o una obra, en realidad apenas se comienza un proceso en donde el lugar en el que se está comienza a modificarse. Por ello busca que sea para bien, es decir, que sea un proceso regenerativo y no degenerativo.