En la Villa de Bomarzo, antiguo asentamiento etrusco y hogar de la poderosa familia de los Orsini, se encuentra una de las creaciones más interesantes del manierismo italiano.

Iniciado en 1550 por los arquitectos Pirro Ligorio y Jacopo Vignola atendiendo los deseos de su propietario el Duque Pier Francesco Orsini, motivados por el reciente fallecimiento de su esposa Giulia Farnesio y de su hijo.

El jardín de los monstruos, como también se le conoce, evidencia la soledad de Pier Francesco Orsini, mecenas culto y delicado atrapado en un cuerpo deformado que dedicó su vida a rodearse de la belleza que le había sido negada por el destino.

El Bosque Sagrado y sus monstruos son un reflejo de la tristeza, soledad y angustia en la que el Duque vivía en su interior, efecto contrario al de habitantes de algunas ciudades modernas que son empujados a la soledad y angustia por espacios monstruosos e inhumanos en los que viven.

Lo que se siente en el exterior se refleja en el interior.