El regionalismo crítico, concepto forjado por los teóricos Alex Tzonis y Kenneth Frampton para designar una nueva clase de regionalismo en la arquitectura, que intenta oponerse a la falta de contenido y al desarraigo de las obras modernistas, mediante el uso de elementos contextuales, para dar un sentido de lugar y pertenencia a la arquitectura.

Supone una suerte de actitud frente a las corrientes internacionales que intentan uniformar con nuevos patrones lingüísticos y formales la expresión arquitectónica en todo Occidente.

El regionalismo crítico es diferente al regionalismo per-se, el cual intenta encontrar una correspondencia directa y deliberada con la arquitectura vernacular. Hay que entender al regionalismo crítico como una forma particular del posmodernismo. Luis Barragán es uno de los más grandes exponentes de esta corriente en arquitectura.

Nos identificamos con las propuestas del regionalismo crítico al enfatizar el emplazamiento de una obra arquitectónica a partir del lugar, su tiempo y cultura. Tomando distancia del modernismo, sin dejar de valorar los extraordinarios logros del movimiento moderno. Una actitud crítica frente al uso responsable de las tecnologías, así como la actualización de elementos vernáculos como el patio, espacio central en la tradición mexicana que funciona como vestíbulo, distribuidor, centro. Otros elementos que hemos incorporado a nuestro trabajo son las celosías, pérgolas, espejos de agua y postigos.

Paul Ricoeur lo define claramente cuando dice: “El mantenimiento de cualquier clase de cultura autentica en el futuro dependerá en última instancia de nuestra capacidad para generar formas de cultura regional llenas de vitalidad al tiempo que se incorporan influencias ajenas, tanto en el terreno de la cultura como en el de la civilización."