Elena Sánchez Cortina, Calder - Picasso en el Hotel Salé, París



En París, el barrio histórico del Marais, desde el siglo XVII ha sido un lugar con vida artística y comercial donde se construyeron varios palacetes como es el hôtel Salé. Construido entre 1656 y 1660 por Jean Boullier de Bourges para el recaudador de impuestos de la sal, Pierre Aubert de Fontanay. Por esta razón es conocido como Hôtel Salé, (Palacete salado). A lo largo de los siglos tuvo muchos propietarios y modificaciones hasta que en 1968 fue considerado Monumento Histórico.

Al morir Picasso en 1973 se buscó un espacio en París, ciudad donde vivió gran parte de su vida, para exhibir su numeroso legado. Se eligió que fuera un monumento histórico en una zona de la ciudad atractiva entre galerías y museos, donde los visitantes puedan apreciar la obra del gran artista.

  En 1985 abrió sus puertas para ser la sede del Museo Picasso en París tras años de restauración. Desde esa fecha el Museo Picasso ha mostrado numerosas exposiciones a través de sus pinturas, esculturas, dibujos, grabados, collages así como exposiciones de otros artistas. Las salas han sido adaptadas para una museografía actual y propiciar que se aprecien las obras en un espacio creado en el siglo XVII.

Acaba de ser inaugurada la exposición temporal: “Calder-Picasso” (19 de febrero al 25 de agosto 2019). Alexander Calder (1898-1976) y Pablo Picasso (1881-1973) son dos creadores del siglo XX que tuvieron varios encuentros a lo largo de sus vidas, Calder expuso en París en 1931 y Picasso se interesó en su trabajo. La exposición ha sido curada por sus nietos: Alexander S.C. Rower y Bernard Ruíz-Picasso quienes se dieron la tarea de mostrar un diálogo a través de las 120 obras exhibidas.








Los dos artistas son representantes del gran debate entre la figuración y la abstracción en las artes plásticas. Las salas del museo invitan a tener una experiencia estética al poder apreciar el espacio del siglo XVII con las obras del siglo XX. Tal es el caso de la sala Júpiter en la que cuelga un móbil de Calder y hay un óleo de Picasso. 

La obra, de diferentes épocas, técnicas y materiales dialoga a lo largo de las salas, incluso en el jardín.





Fotografías y texto:
Historiadora del Arte Elena Sánchez Cortina